La fiscalía pidió condenar a prisión perpetua a Carlos Telleldín como partícipe primario del atentado a la AMIA, por entender que la venta ilegal que hizo de la camioneta Trafic, el 10 de julio de 1994, fue un «aporte fundamental» al ataque terrorista, que realizó con «indiferencia y egoísmo».
«Telleldín se representó que su aporte contribuiría a un hecho como el atentado y así y todo siguió adelante y lo hizo con indiferencia y egoísmo», sostuvo el fiscal Roberto Salum en su alegato final ante el Tribunal Oral Federal 3, a cargo del segundo juicio por el ataque que causó 85 muertes.
Argumento de la acusación
La fiscalía argumentó que Telleldin, único acusado en este debate oral, entregó el 10 de julio de 1994 la camioneta usada como cochebomba en una operación ilegal, a un desconocido que se presentó «casi disfrazado» con «fajos de dólares» y al que proporcionó una identidad falsa.
«Sin esa camioneta Trafic no hubiese existido el 18 de julio de 1994», agregó la fiscalía al acusar a Telleldín como partícipe necesario de «homicidio calificado por la utilización de medios idóneos para causar peligro común y daños».
Mismo planteo de los familiares
El pedido de perpetua coincidió con el planteo de los familiares de las víctimas, cuya querella también solicitó esa pena mientras que la representación de DAIA AMIA reclamó 20 años de prisión.
La fiscalía reiteró que Telleldín no fue cómplice de los terroristas, pero que su aporte fue «fundamental» para consumar el atentado, aún sin haber sabido en concreto lo que se planteaba hacer con el vehículo doblado que vendió.
«Actuó con dolo eventual, fue partícipe aunque no supiera el fin último», agregó la acusación en el debate, que se realiza por videoconferencia.
Delito de lesa humanidad
Salum recordó que el atentado fue declarado delito de lesa humanidad imprescriptible y dijo tener «certezas» de que Telelldín «efectuó un aporte indispensable» por lo cual «cabe aplicarle la misma pena que a los autores».
«Entregó la camioneta Trafic, el arma homicida y actuó representándose que podía ser utilizada en un hecho de las características del atentado en la sede de la AMIA y no obstante, lo hizo», argumentó.»Se juzga aquí a Telleldín como cómplice del hecho, no como autor del atentado ni como parte de la banda terrorista», agregó.
En 1994 el entonces reducidor de autos vendió la camioneta a sabiendas «de que nadie le reclamaría y mucho menos pensó que le reclamarían por un delito de estas características a partir del hallazgo del motor», recordó la fiscalía.
“No le importó en lo más mínimo”
«A Telleldín no le importó en lo más mínimo la identidad de la persona que se llevaba el vehículo, porque le estaba pagando. Sólo le preocupó obtener el dinero y deshacerse de la Trafic que había doblado», concluyó el fiscal.
El juicio oral seguirá el miércoles próximo con el alegato de la defensa oficial del acusado.