23 noviembre, 2024
Interes General

Otoño en la Ciudad: los colores de los barrios según sus árboles

Los fresnos forman colchones de hojas amarillas por doquier, los crespones pintan de rojo las calles y veredas de Liniers, Floresta y Devoto; los liquidámbar de Coghlan mutan del verde al púrpura. Buenos Aires tiene 400 especies y cambia de color con cada estación.

Cada otoño, los 431.326 árboles que habitan la Ciudad cambian la fisonomía y coloración de su follaje, y Buenos Aires transforma su paleta de colores. Prendidas a la copa o al pie de los árboles, sus hojas rojas, amarillas y anaranjadas contrastan con el gris de la gran ciudad. Se instalan en calles y veredas, y los barrios se convierten en imágenes de postal.

“En la Ciudad tenemos un importante patrimonio natural en crecimiento, y debemos cuidarlo para poder disfrutarlo nosotros y las futuras generaciones”, Facundo Carrillo.

“Según el último censo de arbolado, en la Ciudad conviven 431 mil árboles de 400 especies distintas que imprimen sus particularidades a los barrios en los que crecen”, explicó Facundo Carrillo, secretario de Atención y Gestión Ciudadana.

El liquidámbar es el árbol que representa fielmente la imagen otoñal: sus hojas estrelladas de intensos colores otoñales, los vuelve fácilmente reconocibles. Del verde oscuro, mutan hacia el naranja y púrpura antes de abandonar la copa. Pero no se trata simplemente de un árbol ornamental, su rusticidad es una de las razones por las que se lo incorporó con éxito al arbolado de grandes ciudades. Durante los últimos diez años, el liquidámbar registró en la Ciudad de Buenos Aires un crecimiento de un 34%.

“La introducción de esta valiosa especie consiste en una apuesta a futuro que estamos realizando para ir disminuyendo gradualmente las intervenciones de poda”, explicó Fiorentino, ingeniero agrónomo y gerente de BA Arbolado del Gobierno de la Ciudad. “La mayor cantidad de ejemplares de esta especie, unos 1.170 árboles, se concentran en las veredas de los barrios de Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón (Comuna 12) .

“El liquidámbar posee una estructura que se puede adaptar al tejido urbano, y requiere menos tareas de mantenimiento”, agregó Fiorentino. Durante 2019, la Ciudad proyecta incorporar al arbolado público de 2000 a 2500 nuevos ejemplares de liquidámbar.

En el barrio de Caballito, a lo largo de la Avenida Pedro Goyena, desde Avenida La Plata hasta Alberdi, 350 tipas dan forma al túnel de árboles más extenso de la Ciudad. La mayor parte del año, lucen verde y al finalizar la primavera, durante un periodo breve, sus hojas mutan al amarillo.

Las tipas también son las protagonistas del corredor que se extiende en Belgrano R, desde Melián al 1800 a lo largo de cinco cuadras. Frente a las casonas de aire inglés, bordeando el empedrado de la calle, el arco de árboles completa una imagen de postal.

Las hojas de los Ibirá Pitá colorean la Avenida Forest de tonos cobrizos, entre La Pampa y Avenida de Los Incas. En los límites de los barrios de Villa Ortúzar, Belgrano, Villa Urquiza y Colegiales, se disponen en serie ejemplares de esta especie nativa dando forma a un túnel de hojas.

Por la belleza de su follaje y floración, el crespón es una de las especies que se ha introducido en la Ciudad y aumentado su presencia en los últimos 10 años. En los barrios linderos a la provincia se encuentran la mayor cantidad de ejemplares que, durante el otoño e invierno, convierten sus copas globosas a un rojo intenso. Según los datos que arroja el Censo de Arbolado que concluyó en 2018, 1.723 ejemplares se encuentran en la Comuna 11, 1.626 árboles en la Comuna 10 y 1.502 crespones en la Comuna 9.

El jacarandá, árbol característico de la Ciudad de Buenos Aires aporta además de sus bondades estéticas y aromáticas, 13.925 ejemplares. La mayor cantidad de ellos, unos 1.695, se concentran en el centro porteño. Durante el otoño, el jacarandá mantiene su follaje con un color más opaco que el habitual y recién a fines del invierno o principios de la primavera, sus hojas se vuelven amarillas y se desprenden de las ramas.

Los fresnos, la especie con más presencia en la Ciudad, son los que anuncian la llegada del otoño. Sus 133.671 ejemplares ya convirtieron su follaje a amarillo y comienzan a dejar caer sus hojas formando colchones en calles y veredas.

Todos estos atractivos naturales reunidos en una misma ciudad invitan a realizar un recorrido botánico durante el otoño. Los árboles de alineación que se disponen en serie sobre las veredas forman corredores colorados, arcos anaranjados y colchones de hojas de distintas tonalidades que van del rojo al amarillo. Se trata de una expresión de la naturaleza que en los próximos días alcanzarán su máximo esplendor.

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