@AntoBaldi_
Más de 50 años pasaron desde la primera vez que la Argentina vio a tres hermanas idénticas posar para un aviso comercial. Pero su gran reconocimiento llegaría algunos años más tarde cuando las hermanas María Laura, María Eugenia y María Emilia Fernández Rousse debutaron en el programa de Pipo Mancera y enamoraron a todos con su dulzura y gran parecido físico.
Con tan solo ocho años de edad, las Trillizas de Oro cautivaron la televisión en “Sábados Circulares“. Más tarde aceptarían propuestas para trabajar al lado de Palito Ortega, Carozo y Narizota y hasta fueron las coristas de Julio Iglesias con quien compartieron varias giras.
Sus caminos en los medios iniciaron casi por casualidad. Consultadas por DiarioShow.com, las tres hermanas confesaron que nunca pensaron que se dedicarían a trabajar en el ámbito artístico. “En nuestra época todos los chicos cantaban villancicos en las reuniones, si cantabas y afinabas, tocabas la guitarra. Era algo obvio”, recordó María Emilia. Mientras que María Laura aportó: “A nosotras se nos dio esta oportunidad y dijimos que sí, sin miedo”.
Por su parte, María Eugenia también habló de sus inicios con nostalgia y remarcó el momento que se dio cuenta que su labor artístico dejaría de ser casi un hobbie y un juego de chicas para convertise en la profesión de sus vidas: “Nuestra carrera empezó cuando empezamos a cantar con Julio Iglesias y decidimos qué era lo que queríamos hacer. A los 18 años eligimos que nos queríamos dedicar a esto”.
Sus recorridos en el mundo del espectáculo fueron muy parecidos, incluso en la vida personal también tuvieron elecciones parecidas ya que las tres formaron familia con polistas. María Emilia se casó en 1981 con Clemente Zabaleta, un año después contrajo matrimonio María Eugenia con Horacio Laprida y en 1983, dio el “sí quiero” María Laura junto a Ernesto Trotz.
Tras sus compromisos seguiría una vida de viajes detrás del deporte y de formar su familia con sus hijos y sus nietos. Sin embargo, las hermanas remarcaron que se trató de algo “natural” y que no sintieron la “imposición” de dedicarse a la vida del hogar. “Siempre la prioridad fue la familia. Antes de casarnos hicimos muchas cosas: teatro, películas… no nos quedó nada por hacer”, reconoció María Eugenia.
En la misma línea se manifestó su hermana Laura: “Nos fue fácil. En el momento que tuvimos grandes proyectos los pudimos hacer. En el momento en que los proyectos no eran tan grandes, nuestro proyecto pasó para el lado familiar. No tuvimos un momento de frustración, de indecisión, de es esto o lo otro. Todo se nos fue dando en el destino mucho más fácil y natural”.
Además, Eugenia resaltó: “No dejamos la profesión por casarnos, lo elegimos. La vida profesional nos llevó a viajar, a cantar afuera, a hacer películas y televisión. No nos quedó nada pendiente. Cumplimos todas las facetas, es un lujo”.
Si bien las similitudes en la vida de las Trillizas de Oro aparecen mucho más allá del aspecto físico, las tres hermanas insisten en que son “muy diferentes”. En julio cumplirán los 61 años y luego de recibir la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus salen a las luz cuáles son aquellas cosas que las diferencian.
“Somos muy diferentes, por eso nos complementamos tanto”, admitió Laura. Muy distinto a lo que mucha gente piensa acerca de que las trillizas pasan todo el tiempo juntas y todo fluyen entre ellas, confesó: “A veces no somos tan unidas, ni tan frescas, ni tan compañeras. Lo que pasa es que tenemos grandes diferencias nosotras pero eso no quiebra lo que es lo fraternal. No existe una pelea que dure. Tenemos muchas diferencias, pero nos complementamos. Pero las diferencias no pesen a la hora de ponderar la hermandad y lo familiar”.
En cuanto a sus diferencias, Emilia enumeró: “Tenemos personalidades distintas, tenemos nuestro carácter, aunque seamos ‘tres cositas iguales’, tenemos nuestro carácter. Por suerte porque tenemos nuestra vida paralela al trabajo, pero cada una separada con nuestras familias, nuestros hijos. Tenemos personalidades totalmente distintas, gracias a Dios”.
“A mí me gusta viajar, las chicas son más de acá. A Emilia le gusta más el campo, su casa, su huerta. Laura viajó toda la vida y ahora quiere estar en su casa”, consideró Eugenia. Y Laura aportó su punto de vista: “Eugenia tiene una fuerza interior muy impresionante, ella tampoco se da cuenta de la fuerza que tiene. Emilia tiene una generosidad y un empuje que rompe el mundo a costa de cualquier cosa, que también me parece admirable”.
Aunque le cueste definirse a ella misma, lo sintetizó como “la mayor”. “Si me tengo que asignar un rol entre mis hermanas… Yo sería la mayor, aunque nací última, pero me gusta el rol de la mayor”, consideró.
Este 2021 encontró a las chicas más unidas que nunca, con la posibilidad de frecuentarse con mucha facilidad al vivir muy cerca la una de la otra. Aunque no comparten el mismo hogar, simpre buscan momentos para compartir con sus familias y con su madre, Paulina Rousse.
También están a la espera de poder concretar algunos de los tantos proyectos que están parados por la pandemia como hacer teatro, radio o volver a la conducción en la pantalla chica. Además, les surgieron importantes propuestas televisivas: “MasterChef Celebrity” y el “Bailando”. Pero no aceptaron.
“La propuesta del ‘Bailando’ fue para Emilia y después nos enganchamos nosotras“, expresó María Laura. Sin embargo, el programa de Marcelo Tinelli no pudo salir al aire en el 2020 y este año no fueron llamadas para ser parte de “La Academia”.
De todas formas, Eugenia reconoció sin disimulo: “Yo era la única que no lo quería hacer. La pandemia me vino bárbaro (risas). No me gustaba exponerme, no me gustaba ensayar. Estaba en otra, no tenía ganas”.
Por su parte, Laura habló sobre la oferta en el reality culinario: “A mí ‘MasterChef’ me encanta verlo, pero yo no sé cocinar y estoy grande para hacer papelones”.
“No nos han ofrecido tantas cosas solas, pero cuando viene la participación de una de nosotras siempre la producción termina enganchando a las otras dos. A las productoras les parece más original que una sola participante en un certamen o una sola conductora, que es más de lo que se ve, que tres hermanas iguales, entre comillas, porque nosotras no lo somos, pero para la gente sí, conduciendo“, reveló.
EL DURO GOLPE EN LA VIDA DE MARÍA EUGENIA
En 2018, María Eugenia sufrió el fallecimiento de su hija mayor, Geñi Laprida. La joven se dedicaba a las artes plásticas y tenía dos hijos. Murió a los 34 años después de luchar contra una enfermedad.
A casi tres años de la pérdida de su hija, Eugenia aseguró que “el dolor no se va ir nunca”. “Dicen que el tiempo ayuda un poco, pero esta cuarentena no se me hizo fácil para nada, menos no pudiendo ver a mis nietos que los únicos que tengo son los hijos de ella”, reconoció movilizada.
Y abrió su corazón: “Me encontré con muchas cosas que no quería encontrar. Pero el tiempo pasará para poder pasar un poquito el dolor que nunca se va a ir. No se lo deseo a nadie, es una situación horrible. Pero con la ayuda de mi marido, de mi mamá, de mis hermanas siento mucho amor y con ese amor se van curando un poquito las heridas”.
EL PROBLEMA DE SER ‘TRES COSITAS IGUALES’
A través de sus redes a las trillizas les gusta definirse como “tres cositas iguales”. Aunque si bien a simple vista lo son, luego empiezan a aparecer algunos rasgos distintivos.
Durante sus juventudes, las hermanas Fernández Rousse le sacaron provecho a su parecido único con amigos, parejas y hasta en la escuela confundiendo a cuanta persona despistada apareciera, algunas veces les ha traído problemas un poco serios.
Como aquellas vez durante un viaje a Miami por el cumpleaños de su papá, Oscar Fernández, quedaron demoradas en el aeropuesto de Estados Unidos al no ser identificadas en Migraciones.
Lo cierto es que en sus pasaportes todas aparecen como: María, la inicial de su segundo nombre y los apellidos. Pero una simple letra no es suficiente para diferencias a las Trillizas de Oro. “Hubo una confusión en Migraciones. Cuando llegamos y teníamos que poner el dedo, el policía agarró el pasaporte de ‘María E.’, que era Emilia, pero cuando llamó fue Eugenia a poner el dedo”, detalló divertida Emilia.
“Y ahí se armó un quilom… porque pensaron que yo era Eugenia en vez de Emilia y nos mandaron al cuarto. Estuvimos como una hora y media. Nosotras éramos todas ‘María Fernández’. Tuvieron que ir a la computadora y nos identificaron por el apellido de casadas“, concluyó acerca de cómo terminó la anécdota.
De todas formas reflexionó: “Eso fue lo único que por ahí te hace decir: ‘Para qué miércoles soy trilliza’. Pero en general es muy divertido”. Hasta el día de hoy utilizan su parecido extremo a su favor y más ahora en tiempos de Covid-19 cuando hay que usar barbijos en todo momento.
“Ahora que estamos con tapabocas aprovechamos. A veces nos saludan y les seguimos la conversación y después les decís… ‘no mirá, yo no soy esa’ y el otro se quiere matar”, reconoció María Eugenia.
Por A.B.