Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina, el 43,8% de los argentinos se encuentra bajo la línea de la pobreza en octubre de 2021. El porcentaje es más alarmante al medir a los chicos y adolescentes, donde el 64,9% de los menores viven en la pobreza, siendo el único segmento etario que subió respecto al año pasado. Argentina está ante una “crisis y estancamiento en un marco de desigualdades crecientes”, advirtió el informe de la UCA titulado: “Crisis del empleo, pobreza de ingreso y privaciones sociales estructurales. Argentina Urbana 2010-2021”.
Según el estudio difundido esta semana, el 33,9% de los hogares y 43,8% de las personas se encontraron bajo la línea de la pobreza entre julio y octubre de 2021. En lo que refiere a pobreza por ingresos, el nivel sería levemente inferior al 44,7% registrado en 2020. No obstante, sigue siendo superior a la de 2019, cuando se ubicó en 39,8%.
En tanto, los niveles de indigencia se encuentran en valores relativamente similares a los del 2019, previo a la pandemia del coronavirus. El 6,4% de los hogares y 8,8% de las personas son indigentes. En 2019, el 8,4% de las personas eran indigentes y en 2020, la proporción de la población que no cubre sus necesidades alimentarias básicas, subió al 9,8%.
“Perfiles sociales más vulnerables”
Sin embargo, el dato más crudo del relevamiento surge a través de la medición de la pobreza, según segmentos etarios. Es que, los más afectados por la indigencia y pobreza son los niños y adolescentes. Según la Encuesta de la Deuda Social del Observatorio, el 64,9% de los niños y adolescentes viven en hogares por debajo de la línea de la pobreza. El 14,7% se encuentra, además, por debajo de la frontera de la indigencia.
Por otra parte, el estudio también indica que se está ante una “caída tendencial de la tasa de actividad laboral y de los empleos, con deterioro creciente de los trabajos informales y en los perfiles sociales más vulnerables”.
Entre julio y octubre, solo el 42,1% de la población económicamente activa accedió a un empleo pleno de derechos laborales. Y el 29,6% contó con un empleo regular, pero precario, con ingresos superiores a la subsistencia, pero sin poder afiliarse al Sistema de Seguridad Social.
Creciente pérdida de calidad del empleo
Mientras tanto, el 19,2% contó con un subempleo inestable, lo cual quiere decir que su subsistencia dependió de trabajos temporarios, “changas” o programas de empleo con contraprestación.
Esto marca una disminución marcada en la calidad del empleo en trabajadores marginales, residentes en hogares de nivel socioeconómico bajo o muy bajo, trabajadores del sector micro-informal, jóvenes y adultos mayores.
Datos que confirma UNICEF
La Argentina cuenta con 3,8 millones de niños pobres por ingresos y con otras privaciones como el acceso a derechos fundamentales como la educación, la vivienda o a cloacas, según un reciente informe de Unicef en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
El estudio reveló que la pobreza interseccional en el 2021 afectó al 28,4% de las niñas y niños del país lo que equivale en términos absolutos a más de 3,8 millones de niñas y niños.
En tanto, el documento presentó un análisis de la pobreza y privaciones en la niñez y adolescencia en Argentina, tanto desde una mirada monetaria como no monetaria. En ese sentido, hizo foco sobre el impacto tras la pandemia, así como el acceso a las políticas de protección de ingresos y sus efectos.
Sectores más vulnerables
En ese marco, indicó que al igual que la pobreza monetaria del conjunto de la población, la pobreza monetaria infantil es altamente volátil y acompaña los movimientos cíclicos de la economía. Sin embargo, destacó que la pobreza infantil lo hace a un nivel bastante más elevado que la pobreza general: entre 14 y 17 puntos por sobre la general.
Así, al primer semestre de 2021, el 54,6% de las niñas, niños y adolescentes se encontraban bajo la línea de pobreza monetaria: 7,2 millones de chicos y chicas. 2,2 millones (el 16,9%) viven en situación de pobreza extrema monetaria.
Cabe destacar que las dimensiones que utiliza Unicef para calcular este indicador multidimensional son educación, protección social, vivienda adecuada, saneamiento básico, acceso al agua segura, y hábitat seguro.
Respecto a los perfiles de la pobreza, el informe dirigido por el especialista en Inclusión Social y Monitoreo de Unicef, Sebastián Waisgrais, y que se titula “Pobreza monetaria y privaciones no monetarias en Argentina” indicó que las niñas y niños significativamente menos pobres que el promedio residen en hogares cuya PR (persona de referencia del hogar) tiene 60 años o más, que ha completado 12 de educación formal (primaria completa) y que se desempeña como trabajador/a independiente profesional o como asalariado/a formal”.
A pesar de eso, el documento sugiere que la tenencia de empleo por parte de la persona de referencia del hogar “no es una condición suficiente para que el hogar escape de la pobreza”.
Otro aspecto central que se desprende de la lectura del informe tiene que ver con la localización de la vivienda en los barrios populares. En ese sentido y según Unicef, “una niña o niño que reside en una vivienda ubicada en un barrio popular registra una tasa de pobreza un 43% más elevada que el promedio general”.