@LuisVenturaSoy
Nos guste o no nos guste, Carlos Menem fue el mandatario que entendió el juego de los medios, que asoció su imagen presidencial a la farándula en todo su espectro. Su figura quedó asociada a las rutilancias y popularidades de gente como Mirtha Legrand, Susana Giménez, Moria Casán, Graciela Alfano, Marcelo Tinelli, Bernardo Neustadt, Mariano Grondona, Tato Bores, Nito Artaza, Charly García, Miguel Ángel Cherutti, Yuyito González, Thelma Stefani, Daniel Scioli, Diego Maradona, Palito Ortega y una lista interminable de celebridades, amén de los astros internacionales como los Rolling Stones, Madonna, Lady Di, reyes europeos y personajes de Hollywood que lo convirtieron en una persona capaz de aparecer en cualquier sección de los diarios, revistas e informativos.
Nadie como Menem supo utilizar como herramienta mediática a los programas de televisión y los espacios comunicacionales que lo elegían como un tema y una figura atractiva para ser tapa y titular de las historias más insólitas.
Por eso, cuando el estadista riojano cerró sus ojos por última vez, al abrir su biografía y sus archivos, su figura no dejó de quedar asociada a la farándula, el espectáculo, el deporte, la noche, la música, amén de la política que llevó por todos los rincones de su inmenso espectro.
Menem fue el mandatario que eligió cerrar su primera campaña presidencial en un programa de televisión, al que le significó más de 30 puntos de rating en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Toda una novedad, en desmedro de los clásico que sería la Plaza de Mayo, o un lugar abierto de la Ciudad que podía asegurarle una asistencia de 200.000 almas.
Y la explicación fue simple. Porque de esta manera Menem multiplicó su discurso ante más de 3 millones de televidentes que aquella noche lo escucharon en el programa de Tinelli, ciclo que medía esa sintonía y tamaña cantidad de personas que superaban cualquier multitud posible de una superficie abierta.
Ese fue Menem más allá de las decisiones políticas que adoptó desde el sillón de la Casa Rosada, que pudiste estar de acuerdo o que llegaste a repudiarlo con toda tu alma. Nadie podrá negar que fue un presidente de adoptar decisiones, para bien o para mal, pero nadie podrá acusarlo de inacción. Y en esa descripción rigurosa de su vida, nadie podrá negar que también fue el presidente de la farándula argentina. Y eso, te lo digo yo.