El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, habló sobre la serie de hechos de inseguridad que han ocurrido en el distrito durante las últimas semanas, siendo el último episodio el homicidio de un kiosquero de 48 años y padre de dos menores, cuyo atacante había salido de la cárcel hace un año.
Asimismo, uno de los móviles policiales enviados a la escena del crimen se quedó sin combustible y los propios efectivos con ayuda de vecinos debieron empujarlo para arribar al lugar, lo cual finalmente no pudo concretarse.
En tal sentido, el mandatario planteó que «la situación de la inseguridad hace muchísimos que en la Provincia es crítica y nosotros nos estamos encargando de hacer una transformación muy fuerte en la formación de la Policía, en la inversión y en la profesionalización”.
Sin referirse al asesinato del kiosquero, que generó una importante reacción por parte de los vecinos de Ramos Mejía, Kiciloff dijo estar en «permanente contacto» con el titular de la cartera de Seguridad provincial, Sergio Berni.
Ante la postura del ministro de llevar adelante una «mano dura» contra la inseguridad, el Gobernador fue cauteloso y advirtió: «Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada; todo lo que ocurra fuera de la reglamentación de la Policía y de las leyes vigentes, se investiga y se sanciona”.