El 2020 recibió el impacto de la crisis económica desatada dos años atrás, sumada a la pandemia de coronavirus. Frente a este panorama y en el marco de la declaración de la Emergencia Económica y Productiva que incluyó la Emergencia Tarifaria, extendiendo la suspensión de los aumentos de tarifas hasta el 31 de diciembre pasado. Así las cosas, el complejo 2020 registró un repunte del consumo de gas natural para el sector residencial del 4,5%.
El informe demuestra que salvo en 2016, cuando hubo un incremento en el consumo respecto del 2015, durante los tres años posteriores se registraron caídas pronunciadas, en un contexto donde los nuevos cuadros tarifarios tenían incrementos exponenciales.
Todos los aumentos aplicados entre octubre de 2016 y junio de 2019, por disposición de la ex Secretaría de Gobierno de Energía de la Nación, estuvieron por encima de la inflación acumulada para esos años. El impacto que tales aumentos tuvieron en las facturas domiciliarias se puede ver claramente en el aumento del 1.046% registrado entre 2016 y 2019.
A su vez, el contexto dado por una economía en recesión, con caída del empleo, actividad comercial e industrial y elevada inflación, se tradujo también en una caída generalizada en el consumo de gas residencial que por primera vez tuvo un cuatrienio (2016-2019) con indicadores negativos desde 1996 en relación al cuatrienio anterior con una baja del 4%.
Del mismo modo se registró una merma considerable en las nuevas incorporaciones de usuarias y usuarios a la red de gas natural por redes, ya que tras el ingreso de 661.995 hogares al sistema entre 2012 y 2015, en el período 2016-2019 la incorporación cayó a 411.307 nuevas conexiones, es decir, un 38% menos.
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