Un relevamiento conjunto de la Untref y la Universidad de Concepción (Chile) aborda los desafíos del teletrabajo sobre la salud y el cuerpo. Ideas prácticas sobre cómo trabajar desde casa y no enfermar en el intento.
La irrupción del coronavirus cambió buena parte de los hábitos y prácticas sociales. El aislamiento obligatorio para combatir la pandemia nos obligó a rehacer rutinas, a adoptar nuevas formas de relacionarnos. Nuestro “mundo laboral” encabeza, quizás, la lista de esas transformaciones.
Lo que antes estaba fuera de casa, al menos para la mayoría, ahora comparte tiempo y espacio junto a todo lo demás. El teletrabajo, la actividad laboral realizada desde el hogar mediante la utilización de Tecnologías de la Información y la Comunicación (Tics), dejó de ser una excepción para convertirse en regla.
Así las cosas ¿Cómo organizar el trabajo en casa? ¿De qué manera disponer el espacio físico para realizarlo? ¿Qué tipo de rutinas debemos armar? ¿Qué hay que tener en cuenta para preservar nuestra salud física y psíquica? ¿Qué hacemos con el escritorio, la computadora, el mouse? ¿Qué sillas debemos elegir? ¿Qué hacer en las pausas?
Estas son algunas de las preguntas que respondieron especialistas de la carrera de Higiene y Seguridad del Trabajo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref) junto a sus pares de la Universidad de Concepción (Chile), para plasmar una guía con sugerencias y recomendaciones.
Para preservar la salud los especialistas consideran clave el espacio donde vamos a desarrollar nuestra actividad. Este espacio es físico (qué lugar elegimos para trabajar de acuerdo a las posibilidades de nuestro hogar) pero también organizacional. Es decir, tiempos, rutinas, cortes en la labor diaria.
En primer lugar hay que establecer un horario de trabajo para que este no se “desparrame” durante todo el día, “contaminando” el resto de las actividades individuales y familiares, teniendo en cuenta que todas las dimensiones son necesarias para alcanzar óptimos niveles de bienestar en un contexto de aislamiento.
El trabajo sugiere además “proponerse metas laborales por día”, “mantener el contacto con los compañeros (de trabajo presencial) de manera virtual”, “no perder la motivación” y “realizar descansos de manera regular”.
La alternancia entre la labor y el descanso también resulta importante. El relevamiento sugiere “implementar un sistema de pausas con el fin de evitar la monotonía, el descanso de la vista, posturas estáticas por largos períodos de tiempo y el entumecimiento muscular”.
Además, se sugiere realizar “ejercicios de estiramiento, y alternar la posición de sentado a parado y caminar”, según puede leerse en la guía, titulada “Teletrabajo. Medidas preventivas ergonométricas”.
El uso y la función del mobiliario que utilizamos para trabajar es esencial para evitar dolores, malestar y enfermedades vinculados al teletrabajo. Buscar en casa el escritorio, la mesa y la silla más adecuada, y atender a la posición corporal, es a lo que debemos prestarle mayor atención.
Como punto de partida la guía de la Untref sugiere que elijamos un espacio destinado únicamente al trabajo y con adecuados niveles de ventilación, desechando “la cama o el sofá” como espacio donde desarrollar nuestras labores.
La guía propone usar un escritorio o una mesa en la que quepan cómodamente “el monitor, el teclado, el mouse” y el resto de los elementos que necesitemos, de tal modo que tengamos “un alcance manual óptimo” de todos ellos.
Además, propone que entre el borde de la mesa o escritorio y el teclado debe haber una distancia de por lo menos 10 centímetros para apoyar antebrazos y muñecas y que “la mano pueda descansar en forma neutra entre el teclado y el mouse”.
En cuanto a la altura, asegura que el espacio debajo de la mesa de trabajo “debe ser tal que permita disponer los muslos y las piernas sin que exista presión o contacto”.
Al igual que sucede en una oficina convencional, lo ideal es utilizar una silla ergonométrica que permita “la mayor cantidad de movimientos y regulaciones posibles”. La alternativa es buscar entre las sillas que tenemos en casa aquella con la que podamos alcanzar “adecuadamente” los elementos de trabajo y permitir el apoyo lumbar.
Debemos estar bien sentados y derechos, con el muslo y la pierna en ángulo recto, el ancho de la silla acorde al de nuestras caderas, apoyo lumbar y los pies bien apoyados en el suelo.
Además, la silla debe estar ubicada de tal modo que nos permita apoyar el brazo en la mesa y sujetar suavemente el mouse, “descansando los dedos sobre los botones y accionándolos con suavidad”.
El uso de pantallas y dispositivos es un punto neurálgico del teletrabajo. Por eso la guía recomienda conectar las notebook a un monitor o agregarle un soporte para evitar “posturas forzadas”. También que, en lo posible, el mouse y el teclado sean externos.
Lo que hay que buscar, según los especialistas, es que “la parte superior de la pantalla se encuentre a una altura similar a la de los ojos o ligeramente más baja”. También que ojos y pantalla estén separados entre 40 y 70 centímetros.
La ubicación de las pantallas es otra de las claves. Deben estar en forma perpendicular a las ventanas para evitar reflejos o deslumbramientos y de frente a nosotros, en línea recta, para evitar la torsión del torso o del cuello. Junto a esto hay que ajustar el brillo y el contraste para adecuarlos a la luz del entorno.
En cuanto al teclado es necesario ubicarlo de tal modo que haya distancia respecto al monitor, para que al apoyar antebrazos y manos reduzcamos “la fatiga en los miembros superiores y en la espalda”. Si tenemos teclados con “apoya muñecas”, mucho mejor.
En tanto el mouse debe ser al alcance de la mano para lograr una posición natural que nos permita una máxima coordinación entre la manos y el ojo, para evitar molestias en el hombro, la muñeca, en el codo y en el antebrazo.
Parar para “desenchufarse”, parar para aflojar la tensión corporal, parar desembotarse y “despejar la mente”. Las pausas durante el teletrabajo son tan importantes como la posición corporal y el uso de un mobiliario adecuado.
El trabajo realizado por la Untref prescribe realizar ejercicios para relajar la espalda y los hombros, la cabeza y el cuello. Se puede abrir y cerrar los dedos de las manos (por los menos tres veces), mover suavemente la cabeza de izquierda a derecha y de arriba abajo, y descontracturar los hombros con la ayuda de manos y brazos de forma invertida respecto a estos.
Además, resulta conveniente utilizar los dedos pulgar e índice para presionar con suavidad arriba de las cejas y sobre los párpados (durante 3 o 4 segundos). También realizar masajes circulares encima de las mejillas y otro de abajo hacia arriba de la nariz.
Todo esto se puede completar realizando pequeños masajes circulares con el pulgar sobre la palma de la mano y estirando cada una de las piernas para mover de forma circular los tobillos.
El teletrabajo ocupa una porción cada vez mayor de la labor productiva, modificando hábitos, características físicas y la relación política entre los cuerpos. El aislamiento social que impone la pandemia es una oportunidad para pensarnos en cada uno de esos aspectos. Y para cuidarnos, de la cabeza a los pies.