El 22 de diciembre pasado, el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) de Chile anunció el alerta amarilla para el volcán Hudson en la región de Aysén, teniendo en cuenta el aumento sostenido de los parámetros de monitoreo sísmico.
Al respecto, el subsecretario de Protección Civil y Abordaje Integral de Emergencias y Catástrofes de Santa Cruz, Diego Farías, explicó que “cuando se habla de este tipo de alerta se hace referencia a que aumentaron los sismos o microsismos a lo largo de un mes”.
En Los Antiguos
Y si bien el estado del Volcán Hudson sigue siendo monitoreado constantemente, Guillermo Mercado, intendente de la localidad de Los Antiguos, una de las localidades más afectadas por las cenizas en 1991, indicó que se trabaja en un plan de contingencia en caso de alguna anomalía: “En los próximos días estaré convocando a las fuerzas vivas de la comunidad para la creación de un Comité Operativo de Emergencia en paralelo al que ya funciona hace meses por la pandemia del virus COVID-19, este otro comité operativo tendrá la finalidad de trabajar en la planificación y abordaje de una posible erupción volcánica”.
“Este llamado lo hago no con la intención de sembrar miedo, pero sí con la intención de estar preparados ante esta eventualidad, quienes vivimos la erupción del volcán Hudson en el año 1.991, sabemos que es mucho el trabajo que hay que llevar adelante en estos casos y que son muchos los recursos humanos, técnicos y materiales que se necesitan para sobrellevar un evento de tal magnitud”, aseguró.
La última erupción fue en 2011, pero toda la zona patagónica recuerda aquella ocurrida en agosto de 1991, cuando sus cenizas, tras 16 horas de erupción, cubrieron la región durante semanas y provocaron la muerte de miles de ovejas, entre otros inconvenientes.