Los muertos por el tifón más fuerte que azotó este año a Filipinas se elevaron a 33, informaron las autoridades, que tienen reportes “alarmantes” de destrucción en las islas más afectadas por la tormenta.
Más de 300.000 personas huyeron de sus casas y hoteles de playa cuando el tifón Rai azotó las regiones del sur y centro del país asiático, donde dejó zonas sin comunicación y derribó postes de electricidad.
Rai embistió el pasado jueves la popular isla turística de Siargao, localizada 800 kilómetros al sureste de Manila, la capital de Filipinas, con vientos máximos de 195 kilómetros por hora.
La fuerza de los vientos de Rai disminuyó a 150 kilómetros por hora al avanzar por el archipiélago, y dejó a su paso inundaciones en pueblos, árboles arrancados y viviendas de maderas destrozadas
“Esta es una de las tormentas más poderosas que golpeó a Filipinas en un mes de diciembre en la última década”, dijo Alberto Bocanegra, jefe de la Federación Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja en el archipiélago asiático, consignó la agencia de noticias AFP.
Bocanegra indicó que tanto la información como las imágenes recibidas “son alarmantes”.
En tanto, un responsable del área de gestión de desastres confirmó el fallecimiento de 13 personas, la mayoría de ellas ahogadas, y agregó que otras 50 están desaparecidas en zonas inundadas de la provincia de Negros Occidental.
“Empezamos a instar a la gente a evacuar desde el miércoles, pero muchos se mostraban reacios a hacerlo”, dijo Salvador Mesa.
Fotos aéreas difundidas por el Ejército mostraron la amplitud de los daños en la ciudad de General Luna, a la que muchos surfistas y turistas acuden para las fiestas de fin de año, con viviendas cuyo techo fue arrancado y escombros por el suelo.
Filipinas, considerado uno de los países más vulnerables al impacto del cambio climático, es golpeado por un promedio de 20 tormentas y tifones cada año
La vecina isla de Dinagat fue “arrasada” por la tormenta, indicó la gobernadora Arlene Bag-ao en una publicación en Facebook, en la que detalló las casas, barcos y terrenos destruidos.
La fuerza de los vientos de Rai disminuyó a 150 kilómetros por hora al avanzar por el archipiélago, y dejó a su paso inundaciones en pueblos, árboles arrancados y viviendas de maderas destrozadas.
Según el servicio meteorológico nacional, el supertifón se encontraba este sábado sobre el mar de China Meridional y se dirigía hacia Vietnam.
Filipinas, considerado uno de los países más vulnerables al impacto del cambio climático, es golpeado por un promedio de 20 tormentas y tifones cada año, que suelen destruir cosechas, casas e infraestructuras en zonas empobrecidas.
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