El embajador de Chile en Argentina y el viceministro del Interior y Seguridad Pública del vecino país, Nicolás Monckeberg y Juan Francisco Galli, se reunieron con el ministro de Seguridad argentino, Aníbal Fernández, con el objetivo de coordinar acciones de control hacia grupos mapuches que operan a través de la frontera en común.
El encuentro tuvo lugar a raíz de un informe de inteligencia chileno, elaborado en el contexto de los atentados ocurridos en las últimas semanas y los videos que trascendieron con amenazas por parte de grupos radicalizados hacia autoridades de ambos países. Por su parte, Galli entregó a Fernández una carpeta con información reservada respecto de la metodología que dichas asociaciones ilícitas emplean en la zona y su impacto en la región patagónica.
El informe de inteligencia de Chile da cuenta de una coordinación entre distintos grupos autodefinidos como mapuches y que se encuentran asentados tanto en Chile como en Argentina, y el uso intensivo de pasos fronterizos tanto legales como ilegales, es decir, algunos de ellos sin controles oficiales o que permanecen abandonados. El documento también da cuenta de que las ciudades de Villa La Angostura y Bariloche son las escogidas por los grupos radicalizados como «cabezas de playa», para luego avanzar sobre el resto de la zona sur del país, mientras que también arrojó información sobre tráfico de Armas, drogas y materiales de uso regular como maderas y alimentos.
Galli aseguró al titular de la cartera de Seguridad argentino que la inteligencia chilena detectó una operación de tráfico de drogas que conecta a la zona de Iquique con la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, que suele ser noticia por actividades clandestinas vinculadas al terrorismo, el contrabando de productos y comercialización ilegal de armas de fuego.