El ciudadano israelí Gilad Pereg fue condenado este miércoles a la pena de prisión perpetua luego de que un jurado popular lo declarara «culpable» de los asesinatos de su madre y de su tía, cuyos cadáveres fueron hallados enterrados en los fondos de su casa de la localidad mendocina de Guaymallén en enero de 2019.
En la audiencia de cesura, la jueza técnica Laura Guajardo dio a conocer la sentencia que recibió Pereg por el «homicidio agravado por el vínculo» de su madre, Phyria Saroussy (63), «en concurso real con el homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego» de su tía Lily Pereg (54).
Vestido con bermudas y una remera roja, el ciudadano israelí escuchó en silencio y con la mirada hacia el suelo la lectura del veredicto por parte del presidente del jurado popular, y apenas miró de reojo a la jueza técnica mientras daba a conocer la pena.
Por unanimidad, el jurado coincidió con el pedido del fiscal Fernando Guzzo que había considerado «culpable» a Pereg de un «asesinato despiadado» con «plena consciencia de la criminalidad de sus actos».
Horas antes, durante la mañana, Pereg reiteró en sus últimas palabras que lo estaban «tratando de culpar a la fuerza» y que le «plantaron» los cuerpos en su casa luego de detenerlo.
«Nunca negamos que tiene una enfermedad, que padece una patología» pero «no es inimputable», manifestó el fiscal en su alegato de clausura ante el jurado.
Tras ser descubierto el doble crimen, Gil Pereg quedó detenido y durante su estadía en la cárcel mostró comportamientos extraños y aseguró ser «un gato», lo que reiteró en diversas oportunidades y audiencias en las que, incluso, comenzó a maullar frente a los magistrados.