Por primera vez desde su creación en 1984, la final del Premio Turner, uno de los más prestigiosos del mundo del arte, se disputar@fotoW@ -este año no hubo artistas individuales entre sus nominaciones y el año pasado fue suspendido- efecto de la pandemia por Covid19, que desde hace un año trastocó todos los circuitos de la escena del arte.
Cinco grupos de arte lidiarán por el Turner 2021, un hecho inédito en los 37 años de vida del que sigue siendo uno de los premios visuales más famosos y controversiales del mundo, desde que fue creado para llamar la atención del gran público hacia el arte contemporáneo.
Pocos artistas pudieron hacer exposiciones públicas y el jurado se enfocó en grupos cuyo trabajo colaborativo se haya mantenido más allá de los confines de una galería. Esos grupos son: Array Collective, Black Obsidian Sound System (BOSS), Cooking Sections, Gentle / Radical y Project Art Works.
En 2019 los jueces visitaron cientos de exposiciones en preparación en todo el mundo para armar la lista corta, pero la pandemia lo hizo imposible, por lo que, en lugar del premio, otorgaron 10 becas a 10 artistas de 14 mil dólares cada una.
Alex Farquharson, titular del jurado y director de la Tate Britain, organismo creador del premio, destacó que “después de un año de bloqueos, cuando muy pocos artistas pudieron exhibir públicamente, el jurado eligió cinco colectivos que no sólo sostuvieron su trabajo en pandemia, sino que además lo volvieron más interesante”.
El valor del Turner está en “la forma en que captura y refleja el estado de ánimo del momento en el arte británico contemporáneo”, por eso, todos los grupos seleccionados están comprometidos socialmente, indicó Farquharson.
Integrado por 11 artistas con sede en Belfast, el grupo Array Collective trabajó proyectos vinculados con el derecho al aborto, la liberación queer, la salud mental, la gentrificación y el bienestar social.
Los jueces los elogiaron por su “uso de la sensibilidad del bricolaje para abordar los problemas que enfrenta Irlanda del Norte”.
En tanto que BOSS es un colectivo londinense que a través del arte y el sonido ejerce su activismo QTIBPOC, acrónimo de Queer Trans Intersex Black People & People of Color, que refiere a personas de herencia asiática, africana y de pueblos nativos americanos y australianos , comprometidos con la política queer y organizados.
Por su parte, los Cooking Sections son un dúo también londinense -Daniel Fernández Pascual y Alon Schwabe- activistas del arte gastronómico. Uno de sus trabajos sobre la cría de salmones para el consumo humano llevó a la Tate a eliminarlo de los menús de su retaurant.
Mientras que el Gentle / Radical, establecido en Cardiff en 2016, entiende al arte como herramienta de cambio social. Autodefinidos como “un proyecto dirigido por artistas y otros que tienen en lo marginal su corriente principal”, el jurado destacó “su profundo compromiso con la comunidad hiper local de Riverside donde trabajan”.
Con asiento en Hastings, East Sussex, finalmente, el Project Art Works está formado por artistas neurodivergentes, personas con dislexia, dispraxia, autismo, déficit atencional o hiperactividad entre otras condiciones que los llevan aprender y procesar la información en forma diferente.
Farquharson dijo que la idea de enfocarse en colectivos que trabajaban con comunidades específicas era “una respuesta a las emergencias de estos tiempos, particularmente a la vida bajo Covid. Cada uno de estos grupos trabaja lo visual de alguna forma -película, instalación, pintura- en el marco de una práctica social”.
La obra de estos cinco finalistas se expondrá desde el 29 de septiembre en la Galería de Arte y Museo Herbert de Coventry, como parte de los eventos de la ciudad de la cultura de 2021, informó el diario Británico The Guardian.
Y el ganador de los 350 mil dólares con que este año está dotado el premio será anunciado el 1 de diciembre durante una ceremonia en la Catedral de Coventry
El jurado 2021 se completa con Kim McAleese, de Grand Union; Zoé Whitley, de la Chisenhale Gallery de Londres; por el actor Russell Tovey y por Aaron Cezar, de la Fundación Delfina.
La polémica acompaña al Turner desde su creación, cuando distinguió al pintor Malcolm Morley, británico que llevaba cerca de un cuarto de siglo viviendo en Nueva York, y el entonces titular de la Tate, Alan Bowness, se defendió diciendo que “esa publicidad a lo Miss Mundo no es nada mala”.
Amplificada por los medios, la fama polémica del Turner, un premio local, se extendió por el mundo, especialmente cuando el premiado dejó de ser el artista que hubiese hecho “la mayor contribución” al arte británico, para pasar a ser quien hubiese hecho una contribución “significativa” y, luego, cuando se dejó de premiar una carrera para distinguir “una presentación sobresaliente” de la temporada anterior.
Con la popularidad creciente y la promoción de artistas cada vez más jóvenes, muchos vinculados al galerista Charles Saatchi, recrudecieron las críticas de los llamados stuckistas, grupo que denunciaba la “novedad superficial y el nihilismo del arte conceptual”. Así, en 1995 el ganador fue Damien Hirst, artista hoy multimillonario con una instalación consistente en una vaca y su ternero seccionados longitudinalmente y conservados en tanques de formol.