El presidente Alberto Fernández participó de la reunión de Gabinete que fue convocada de urgencia por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y que se desarrolló en el primer piso de la Casa Rosada. El Jefe de Estado se encuentra cumpliendo el aislamiento después de haber dado positivo de coronavirus, por lo que formó parte de la reunión a través de una llamada telefónica.
En el encuentro se empezó a analizar la posibilidad de aplicar medidas más duras, focalizadas y temporales, que sirvan para frenar el aumento exponencial de casos de coronavirus que se desató en las últimas semanas. En el Gobierno son conscientes de que la cantidad de casos seguirá subiendo y deben tomar medidas cuanto antes. Principalmente en el AMBA, donde se concentran la mayor cantidad de casos.
Las restricciones que se apliquen serán antes del 30 de abril, día en que se vence el decreto que estipula la prohibición de la circulación nocturna. Mañana seguirán las reuniones para darle forma a las nuevas medidas. Una de las alternativas que barajan es que la restricción de circulación sea de 18 horas a 6 horas del día siguiente.
Otro de los temas que se trató fue la necesidad de que los gobernadores y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ejerzan mayores controles para que el cumplimiento de los protocolos y las medidas que ya fueron tomadas el jueves pasado, pueda sean efectivos. En la Balcarce 50 entienden que los mandatarios se están ajustando al DNU presidencial pero no toman otro tipo de medidas para no pagar el costo político frente a la sociedad.
El diálogo con los gobernadores está a cargo del ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, que sigue cómo está la situación en cada una de las provincias del país. El diálogo es permanente y será determinante en los próximos días, cuando el Gobierno intente consensuar con los mandatarios nuevas medidas.
En la Casa Rosada entienden que los gobernadores y Horacio Rodríguez Larreta no quieren pagar el costo político de tomar más medidas restrictivas. “Están mirando para otro lado”, aseguró un funcionario cercano al Presidente. Las decisiones están concentradas en el Gobierno y los mandatarios solo las acatan a reglamento, aún cuando están facultados para ejercer más controles y ampliar las medidas que ya fueron tomadas.
Disminuir la circulación
El artículo 17 del DNU publicado la semana pasada faculta a los gobernadores a ampliar las medidas dictadas por el Gobierno nacional para enfrentar el aumento de casos. “Los Gobernadores y las Gobernadoras de Provincias y el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quedan facultados y facultadas para adoptar disposiciones adicionales a las dispuestas en el presente decreto, focalizadas, transitorias y de alcance local”, sostiene el artículo.
“A tal fin podrán limitar en forma temporaria la realización de determinadas actividades y la circulación por horarios o por zonas, previa conformidad de la autoridad sanitaria Provincial o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según corresponda. Las mismas facultades podrán ejercer si se detectare riesgo epidemiológico adicional por la aparición de una nueva variante de interés o preocupación, del virus SARS-Cov-2, en los partidos o departamentos a su cargo”, indica el artículo.
Ese asterisco es el que resaltan en la Casa Rosada y que pretenden que los gobernadores pongan en práctica. “Tienen la facultad para controlar y tomar medidas, pero no lo hacen. Ninguna de las dos cosas”, aseguró a Infobae un dirigente cercano al Presidente. Hay malestar porque el escenario sanitario está cada día más complicado y en el Gobierno no sienten que la preocupación de los gobernadores esté a la par de la realidad.
En el Gobierno descartan la posibilidad de volver a una Fase 1 similar a la que los argentinos vivieron en la primera etapa de la pandemia. Habrá cierres de actividades, pero nadie considera posible cerrar la actividad económica como el año pasado. No es una opción. “Todas las medidas que se tomen van a ser focalizadas”, explicaron en Balcarce 50.
Alternativas
Algunos estiman que se establecería un cierre a partir de las 18, similar a lo implementado en algunos países europeos, en una medida que tiende a preservar el grueso de la actividad. En tanto, los especialistas le aconsejaron este lunes al Gabinete nacional que sería necesario establecer una cuarentena parecida a la implementada en marzo del año pasado.
Justamente la provincia de Buenos Aires apoya la idea de establecer una cuarentena más dura y no deja de reclamarlo públicamente. Este martes, el jefe de gabinete bonaerense Carlos Bianco, admitió que “nuestra posición era hacer un cierre fuerte durante 15 días para reducir sustantivamente el aumento de casos». Por su parte, el ministro de seguridad, Sergio Berni también aseveró en declaraciones radiales que se necesita “una cuarentena dura”.
La postura imperante en la provincia de Buenos Aires es que si no se toman medidas más restrictivas de todas maneras se terminará afectando al sistema productivo. Más allá de que el sistema sanitario está casi al límite.