La obra “Fenomenología de lo inaparente”, del investigador del CONICET Hernán Inverso, editada por Prometeo, fue distinguida con el Prix Mercier 2020. El libro de este científico, que se desempeña en el Centro de Estudios Filosóficos “Eugenio Pucciarelli” (ANCBA), dependiente de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, fue elegido como la mejor obra sobre metafísica, ontología o “filosofía primera” en relación con problemas del mundo contemporáneo. La ceremonia de entrega de la distinción se realizará de manera virtual el 9 de marzo, oportunidad en la que el investigador brindará una conferencia sobre el tema de su publicación.
“Creo que es un reconocimiento no solamente a mi trabajo sino al trabajo que se hace localmente en filosofía por fuera de los circuitos mediáticos de ´filosofía express´”, dice Inverso sobre la distinción, que es otorgada por el Hoger Instituut voor Wijsbegeerte (KU Leuven) junto con el Institut Supérieur de Philosophie (UCLouvain).
La investigación que emprendió Inverso hace varios años, que derivó en la publicación de esta obra, surgió en diálogo con otros fenomenólogos argentinos, como Esteban García y Roberto Walton. “El diálogo con ellos fue dando pie a este trabajo en el que me interesa subrayar la vigencia y la potencia de la Fenomenología como enfoque sólido y consistente para dar respuesta a los desafíos contemporáneos”, subraya Inverso. En su obra, el científico buscó “revisar la metodología fenomenológica general, para indicar que el ámbito de lo inaparente configura un área propia, con modos de acceso específico que deben ser estudiados de modo complementario a los de los demás fenómenos, como los objetos o los hechos históricos”, según explica el autor.
¿Qué es la Femonenología? ¿Por qué tu obra se titula “de lo inaparente”?
La Fenomenología busca dar cuenta de cómo captamos y comprendemos los fenómenos del mundo, lo que se nos aparece, y de lo que hacemos con ello. Por este objetivo integral tiene elementos fuertemente epistemológicos, para comprender dónde se asienta la ciencia, pero también éticos y políticos. Es por eso que hay desarrollos fenomenológicos relevantes en áreas tan distintas como las matemáticas, las ciencias de la salud, en relación con la comprensión de las afecciones, la psicología y las ciencias sociales. En este horizonte, la noción de “inapariencia” cobró creciente interés en las últimas décadas, donde importantes filósofos se vieron atraídos por el sector menos estudiado de los fenómenos límite, que está asociado con su excedencia, tales como Dios, el nacimiento y la muerte, el Otro, etc. Siempre hay un plus que va desde la cara del objeto que no podemos ver al mismo tiempo que la que tenemos delante hasta las experiencias extremas del dolor, la experiencia religiosa o la inabarcabilidad de los hechos sociales. Si el programa general apunta a dar cuenta de los fenómenos, este rasgo es sin duda uno de los más cautivantes y a la vez desafiantes para una filosofía que no se resigna a la ignorancia. Y hablar de Fenomenología equivale hacer referencia a Husserl.
¿Quién fue Husserl? ¿En qué tradición filosófica se inscribe?
Edmund Husserl fue una figura fascinante que revolucionó la filosofía a principios del s. XX con un programa de revisión del modo en que podemos acceder a conocimiento cierto. Está asociado a la noción de epoché, el poner entre paréntesis la tesis de la actitud natural, para acceder a principios firmes que permitan dirigirnos “a las cosas mismas”. Por esta vía es posible revisar qué es el yo, cómo se relaciona con los principios del conocimiento, evaluar los modos en que se nos presentan los fenómenos, y así repensar el papel de todas las disciplinas. Por otra parte, ha sido un filósofo poderosamente inspirador para numerosas filosofías posteriores que hacen de la Fenomenología una de las líneas sumamente activas en el pensamiento actual.
Si bien influyó a grandes pensadores, como Ortega y Gasset o Heidegger, Husserl no es un nombre que se conozca demasiado por fuera del ámbito de la filosofía. ¿Por qué?
Posiblemente el papel menos mainstream de Husserl fuera de la filosofía sea efecto de la potencia de su pensamiento. Dentro de la filosofía es un autor insoslayable por sus aportes teóricos y por la fuerza con que influyó en pensadores como Edith Stein, Jean Paul Sartre, Paul Riceour, Michel Henry, Jean-Luc Marion, Levinas y un largo etcétera. También, efectivamente, Ortega y Gasset tuvo un período en que se acercó a la Fenomenología y Heidegger es sin duda el discípulo más famoso de Husserl. Los episodios asociados con la fricción entre ambos forman parte de los grandes relatos de relación entre filósofos del siglo XX, y da pie a la interpretación que hizo Paul Ricoeur de la Fenomenología como una línea que avanza a través de “herejías”, de líneas que pretenden romper y superar el núcleo primario y con esto mismo lo acrecientan.
¿Por qué, como investigador en el área de filosofía, te interesaste en la fenomenología y en la figura de Husserl?
Desde una época muy temprana de mi formación me atrajo la potencia teórica de la Fenomenología y su abierta vocación crítica, alejada de todo dogmatismo. En rigor, el borramiento que mencionabas de la figura de Husserl en el gran público ilustra la puesta en primer plano de los problemas y no de las personalidades. Esto invita a que no haya “viudas de Husserl”, sino filósofos que se acercan a la Fenomenología en busca de nuevas ideas. Al mismo tiempo, contra muchas líneas recientes que se solazan en la constatación de las limitaciones para conocer y alimentan un cierto “vale todo”, la Fenomenología sigue apostando a una construcción positiva con conciencia de la dificultad y los aspectos de excedencia de todo fenómeno, precisamente, pero buscando las herramientas que nos permitan mejorar nuestra relación con el mundo.
Teniendo en cuenta que el premio que te van a otorgar es por una obra relacionada con el mundo contemporáneo, ¿de qué modo se relaciona tu obra con la actualidad?
Creo que este tipo de problemas responden claramente a preocupaciones contemporáneas. Vivimos cada vez más en redes que no se manifiestan pero que sin embargo se dan como fenómenos inaparentes. La virtualidad es un ejemplo claro de excedencia, de fenómeno que se muestra de modo incompleto. Contraviene las nociones usuales de espacio y tiempo y habilita incluso desdoblamientos de la individualidad a través de identidades digitales y pone en tela de juicio cómo es que se conforman las comunidades. Otro ejemplo patente de inapariencia está asociado con el ambiente, ligado a las nociones de naturaleza y vida, que forman parte de los fenómenos con excedencia que no pueden ser bien comprendidos bajo con las herramientas teóricas que usamos para el resto de los fenómenos. Explicitar la noción de inapariencia es el primer paso para comprender qué implica la digitalización de la vida y la conciencia ambiental, que son temas en lo que estoy trabajando actualmente. Los dos aspectos tienen poderosos componentes teóricos, pero además constituyen la base para nuevos enfoques concretos en el área de la educación y las políticas públicas, dado que son fenómenos que resultarán determinantes para la vida de las próximas décadas y llevamos un considerable atraso en el trabajo en esas áreas. (Fuente; CONICET)