El informe de la organización remarca que en esta etapa del aislamiento obligatorio se registran “distintas inhibiciones y regresiones: en la acción, en lo emocional, y en el estudio”, también un “quiebre de lo cotidiano, lo conocido, y los hábitos más básicos”; y cambios que desestructuran el entramado social.
A través de un informe titulado “el estado emocional de las/os niñas/os y adolescentes a más de un mes de Aislamiento Social, Preventivo Obligatorio”, la SAP recomendó “no negar la realidad y hacer de cuenta que no pasa nada ya que “el mundo no es el mismo y, cuando se regrese de a poco a lo cotidiano, no nos encontraremos con lo ya conocido porque habrá otros parámetros para moverse y relacionarse”.
Los pediatras sostuvieron que es conveniente “hablar sobre esto sin dramatizar” y “no asustarse ante los enojos, las emociones que desbordan o las crisis de angustia”.
El informe remarca que en esta etapa del aislamiento obligatorio se registran “distintas inhibiciones y regresiones: en la acción, en lo emocional, y en el estudio”, también un “quiebre de lo cotidiano, lo conocido, y los hábitos más básicos”; y cambios que desestructuran el entramado social.
Los pediatras además señalan una “pulsión de muerte” cimentada en la ronda por las noticias y los comentarios constantes, la resignificación de pérdidas anteriores, el temor por pérdidas futuras, la aparición de miedos nuevos o que ya se habían superado, y pesadillas y trastornos del sueño como una manera de depositar y tramitar allí la angustia que se vive.
También destacaron que es importante “tratar de escuchar, contener y permitir que los sentimientos sean expresados” y “si es necesario, recurrir a los profesionales que siguen estando disponibles a través de los distintos medios que brinda la tecnología”.
“Hacerse a la idea de que estamos viviendo un momento de gran incertidumbre y aceptar que no tenemos todas las respuestas”, es otra de las recomendaciones.
El documento de la SAP recomendó “bajar el nivel de exigencia propio y con los demás, no pretender llenar constantemente el tiempo con actividades”, en ese sentido apunta: “El concepto que está circulando de que hay que aprovechar para hacer esto o aquello no es conveniente cuando se convierte en una obligación de ser productivo. Permitirse y permitir estar aburrida/o o desganada/o o perdiendo el tiempo sin hacer nada”.
Los pediatras subrayaron que es conveniente “aceptar que el año escolar será muy particular, se darán los contenidos que se puedan y se aprenderá lo que sea posible”, y también “habilitar y respetar a los y las adolescente ese espacio de intimidad y diferenciación de sus padres que tanto necesitan”.
También enfatizaron que es importante “no pretender pasar por esta situación sin que se produzcan pérdidas a nivel emocional, social, monetarias o educativas, porque es inevitable”.
El informe señala que los niños más pequeños “se sienten más seguros por tener cerca a su familia”, mientras que los adolescentes “padecen el encierro, sin posibilidad de experimentar la tan ansiada
independencia ni de recurrir a sus grupos de pertenencia”.
Los pediatras advirtieron que el aislamiento obligatorio provoca “mayor malestar, ansiedad y confrontaciones” y que la falta de actividad física y libertad de movimientos aumenta “el fastidio y el malhumor”.
El documento de la SAP pide “tener especialmente en cuenta” a hijas e hijos de los trabajadores de la Salud, a causa del “sufrimiento por el alto riesgo al que se exponen todos los días sus madres y padres”.
Respecto de la continuidad escolar, la SAP señala como situaciones de tensión o conflicto “el escaso tiempo previo a la cuarentena para generar vínculos con la/os docentes y la escuela”, la “falta de un encuadre que sostenga la actividad” y el rol de “madres y madres que, además de hacer su trabajo, deben asumir el rol de maestras/os”.
Los pediatras también señalaron como dificultades la falta de acceso a la computadora, la presencia de hermanos actuando como distractores y la suspensión del rol social de la escuela.
“Nuestras/os niña/os y adolescentes agradecerán que, quienes somos responsables por su bienestar, hagamos lo necesario para que transitemos y salgamos de esta crisis con el menor daño posible, pero respetándolos, escuchándolos y acompañándolos”, concluye el informe.