Cerca de 60.000 repartidores se encuentran transitando las calles y llevando pedidos de todo tipo, tras el aislamiento obligatorio que decretó el gobierno nacional.
Gracias a sus 60 mil repartidores que salen a la calle para que el resto pueda cuidarse, las plataformas de pedidos a domicilio y los servicios de mensajería cobraron protagonismo como consecuencia del aislamiento decretado por el gobierno nacional para luchar contra el coronavirus.
“Los trabajadores no quieren ser héroes ni heroínas, lo que esperan de los usuarios es respeto y una buena propina”, dijo a Télam Juan Manuel Ottaviano, abogado laboralista y asesor de la Asociación de Personal de Plataformas, el primer sindicato de su tipo en la región.
Ottaviano agregó que “los trabajadores de plataformas de envío están en una situación de riesgo, porque no tienen otra opción más que salir a trabajar. Si no trabajan, no cobran. No tienen licencias, ni ART, ni ingreso fijo. Esto se debe a que las plataformas no los reconocen como trabajadores”.
Los trabajadores no quieren ser héroes ni heroínas, lo que esperan de los usuarios es respeto y una buena propina”
JUAN MANUEL OTTAVIANO, ABOGADO LABORALISTA Y ASESOR DE LA ASOCIACIÓN DE PERSONAL DE PLATAFORMAS
La Asociación de Personal de Plataformas estima que entre 40 mil y 60 mil personas trabajan con esta modalidad aunque “no es posible dar una cifra fiable porque no están registrados”.
Franco es trabajador independiente en la ciudad de Buenos Aires y hace mensajería con su moto: “El trabajó subió porque los locales cerraron, entonces todos los materiales que esos negocios producen y los clientes no pueden retirar ahora se envían a domicilio”, dijo a Télam.
En Chubut, que aun no cuenta con ningún caso positivo por coronavirus, la sirena de bomberos y policía suena a las 19:30 para marcar el final del horario comercial, pero desde el próximo lunes, el servicio de delivery podrá funcionar hasta las 22:30 gracias a algunas excepciones que el gobierno local concedió al aislamiento.
El ministro de seguridad del Chubut, Federico Massoni, reconoció a Télam que “de esa forma se está respondiendo a un reclamo de los intendentes que a su vez receptaron la inquietud de restaurantes, rotiserías y en general casas de elaboración de alimentos porque la prohibición de circular es total desde las 20 y eso cercena su trabajo”.
De acuerdo a un relevamiento efectuado por Télam, se estima que en toda la provincia hay alrededor de 300 personas que trabajan de delivery, sobre una población total estimada en 600.000.
En Tucumán, los repartidores a domicilio no tienen el reconocimiento popular que reciben los médicos por las noches, pero desde que se desató la pandemia se transformaron en un eslabón esencial para los que no pueden salir a comprar alimentos y remedios.
En diálogo con Télam, Sebastián Castro, que hace más de un año trabaja en una conocida firma de comida y se dedica a entregar pedidos a domicilio, señaló que “los pedidos se duplicaron y en ocasiones se triplicaron desde que comenzó el aislamiento, aunque en muchos sectores los asaltantes aprovechan esa situación”.
Si bien la remuneración no es importante porque no tienen sueldo y solo cobran una comisión por cada viaje más la propina, Castro no se queja ya que “al menos tenemos trabajo’, dijo a Telam, y recordó que muchas actividades informales “están paradas”.
En Rosario, Santa Fe, desde que se inició la cuarentena obligatoria, el servicio de cadetería se triplicó y diariamente se entregan a domicilio “más de 70 mil envíos”, preferentemente de productos alimenticios, seguido de medicamentos y bebidas alcohólicas.
El secretario general del Sindicato De Trabajadores Cadetes y mensajeros de Rosario, Gustavo Yedro, dijo a Télam que “entre los trabajadores tradicionales que hacen cadetería, delivery y la gente que pertenece a las aplicaciones como Pedidos Ya o Glovo, somos alrededor de 8 mil personas trabajando” y agregó que la pandemia “curiosamente nos ha beneficiado”.
En Córdoba capital funcionan varias aplicaciones para realizar delivery, entre ellas Glovo, Pedidos Ya, Uber y Rappi. Según fuentes vinculadas a esas compañías, son alrededor de 2.500 las personas que se desempeñan esas tareas, de las cuales un alto porcentaje son inmigrantes.
Enzo, un cordobés que trabaja con su motocicleta, manifestó a Télam que en las dos primeras semanas de aislamiento “las ventas aumentaron y las ganancias también, en un promedio del 30 por ciento”, pero “después comenzaron a bajar los pedidos y hoy lo que ganamos es poco y no alcanza porque a largo plazo se encarece comprar comida afuera”.
Por su parte José, un inmigrante venezolano, también planteó un panorama similar en la empresa Glovo al sostener que “el trabajo es precarizado, es todo obligaciones y prácticamente sin derechos”.
En Mendoza, por la cuarentena, los negocios se vieron obligados a entregar sus productos a domicilio y muchos de ellos están subsistiendo exclusivamente gracias al sistema de delivery, y debido a que hay mucha oferta, surgió Busco Delivery.
La comunicadora Gabriela Abihaggle, una de sus impulsoras, le dijo a Télam: “Se trata de una plataforma para encontrar negocios con delivery por rubro y zona de entrega”.
En una provincia vitivinícola, también surgió Vino a Casa, un servicio de delivery de vinos, directo del productor al cliente, sobre el que su impulsor, Andrés Giorgio, dijo a Télam: “Estamos repartiendo aproximadamente unos 25 pedidos diarios, cumpliendo con todo lo requerido por el gobierno, con apenas dos repartidores”.